Aunque contar
cuentos es una actividad práctica, tenemos que conocer algunos aspectos
teóricos para orientar la actividad y poder conseguir los objetivos previamente
establecidos.
Siempre es
necesario un trabajo de preparación del cuento, tanto del texto como de la
forma de contarlo, lo que favorecerá una
actitud favorable tanto de los niños como del narrador.
En primer lugar
tenemos que conocer el cuento que vamos a trabajar. Es importante que
analicemos el cuento para ver qué
características tiene. A partir de ellas, decidiremos la forma de contarlo, los
recursos a utilizar y otros aspectos que consideremos importantes.
Otro punto
igualmente importante es considerar la edad del público al que van dirigidos. Los
cuentos que trabajemos en el aula de infantil deben ser adecuados a la edad de
los niños. Sin embargo muchas veces (sobre todo tratándose de niños), la edad
cronológica no corresponde con la madurativa, pero siempre esta última deberá
ser considerada de forma prioritaria. Así podemos decir que:
- Los niños de entre 3 y los 5 años atraviesan un período en el que les importan más las acciones que las descripciones, así como las reiteraciones rítmicas y la interpretación mágica de la realidad. Su vida imaginativa es muy rica y preferirá las historias centradas en un personaje.
- Entre los 6 y los 8 los niños se situarían el período “imaginativo” en el que los cuentos de hadas, lo fantástico, logra un más amplio desarrollo.
Aunque estas son
algunas de las recomendaciones, tenemos que tener en cuenta que el docente
tiene que ofrecer ofrezca materiales y recursos variados.
Antes de contar
el cuento el docente tiene que ensayar, tener muy claro el orden en el que
aparecen los personajes en la historia, preparar los recursos y materiales de
apoyo que va a utilizar mientras cuenta el cuento (por ejemplo imágenes, el
propio libro, etc.)…
A la hora de contar el cuento:
-
En primer lugar tenemos que crear un
clima relajado. Para ello sentaremos
a los niños en círculo en un lugar adecuado (biblioteca del aula o del centro),
esperaremos a que todos estén en silencio, adecuaremos la luz, etc.
-
Tenemos que utilizar un lenguaje
adecuado. Éste está relacionado con la edad de los niños, sin embargo en
general se recomienda que sea un lenguaje simple y claro. Esto servirá para
favorecer la comprensión de la historia y evitar el cansancio o incluso el
aburrimiento por parte de los niños.
-
El tono de voz juega un papel importantísimo
a la hora de contar cuentos. Se recomienda usar un tono suave al comienzo
mirando a los niños directamente, para crear un clima de misterio. Además,
tenemos que dar expresividad a la voz: es importante diferenciar el narrador de
los personajes, cambiando el timbre de voz y la entonación. Podemos utilizar la
pausa y la entonación para mantener el interés y la atención de los niños.
-
Las descripciones poco detalladas
permiten que el niño deje volar su imaginación. Cuando contamos un cuento, es
suficiente con hacer referencia a los rasgos más destacados de los elementos
significativos que intervienen en la historia. Los niños podrán completar el
resto con su imaginación y nuestra ayuda si es preciso. Sin embargo es
fundamental dejar claro cómo son los personajes.
-
No interrumpir el desarrollo de la
acción: Es preferible seguir el hilo de la narración, de esa manera evitaremos
aburrir y confundir a los niños, sobre todo si son demasiado pequeños para ver
la diferencia entre información principal y secundaria.
-
Sonorizar el cuento: hacer onomatopeyas,
y articular de un modo especial las palabras rimadas.
-
Hacer partícipes a los niños, dejando
pausas, invitándoles a intervenir, etc.
-
Recibir los comentarios de los niños, ya
que éstos nos darán pistas de cómo lo interpretan ellos.
-
Sobre todo tenemos que disfrutar y hacer
disfrutar a los niños.
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